Un profesor de mi infancia
comentaba en clases de filosofía que un “intelectual” era aquel capaz de percibir
lo que se estaba gestando en un época antes de que ocurriese, aquel que con la
ambición y puesta en práctica del conocimiento quería cambiar la sociedad en la
que se desenvolvía y creaba una visión de cómo hacerlo. Bajo la influencia de
esta definición he observado que el movimiento intelectual siempre es cíclico y
que las personas que lo conforman comparten múltiples rasgos de
personalidad que las diferencia del resto, porque si fueran iguales no serían
“élites”.
Utilizando como marco este prisma
me aventuro a correlacionar , bajo una perspectiva personal, el papel de las
élites intelectuales en La Generación del 14 y el de las mismas hoy día. Desde
que surgiera el movimiento conocido como La Generación del 14 hasta la
actualidad es mucho lo que ha llovido, nada más y nada menos que cien años.
Cien años que albergan en su interior muchos de los momentos más decisivos de
la historia de España; La Segunda República, La Guerra Civil, La Transición y
“La Democracia”, itos históricos que hoy hacen que España sea lo que es, y los
españoles piensen y sientan como lo hacen. “España ha cambiado mucho, España no
ha cambiado nada.”
El intelectual Ortega y Gasset
fue una figura esencial dentro del movimiento del 14. Por entonces, un hombre
joven, con ambición por el cambio y una gran capacidad para observar la España
en la que vivía, una España que necesitaba romper con lo anterior marcado por el desdén, el desapruebo y la melancolía. ¿Quién es
élite intelectual en nuestra sociedad? Quizás podría enunciar muchos
personajes de renombre pero a mi parecer no son ellos los que forman tal
élite. Este concepto engloba algo más
que personas individuales, se encuentra en la juventud, en la esperanza y la lucha. También en aquellas personas que por ansían y buscan un nuevo modo de ver las cosas. En definitiva, se encuentra en la pasión por encontrar nuevos medios y vías que nos guíen hacia un lugar mejor, que consigan que España deje de ser lo que es.
“Hay generaciones que pasan por
la vida sin dejar huella colectiva; acaso con nombres eminentes, pero de acción
aislada e individual. Otras, sin previo acuerdo, actúan como tal comunidad
cronológica, independientemente de la acción personal de sus prohombres. A esta
generación nuestra […] se debe un golpe de timón que puso definitivamente la
nave de la ciencia española proa al universo” Gregorio Marañón 1927.
Fue escrito entonces, pero también podría a
ver sido escrito ahora; modificando la palabra ciencia por la de “democracia,
educación o incluso justicia ciudadana”. Algo está cambiando y es fruto de una
élite intelectual que grita con una fuerza constante. No se trata de un logro
de aquellos que se miran intelectuales desde sus despachos, haciendo y
deshaciendo y al final no haciendo nada.
Todos los días escuchamos
noticias referentes a “grupos feministas” que luchan por los derechos de la
mujer. Muchos los catalogan de locura, pero lo cierto que es que se trata de
mentes que han roto con el orden establecido, mentes que saben lo que es
justicia y van en busca de ella. Es en el movimiento del 14 cuando surge esta corriente en España, por entonces
un país testigo de transformaciones económicas, sociales e ideológicas que
fueron propiciando la modernización de una nación lastrada de viejas
instituciones y mentes anquilosadas. Este era el feminismo, como signo del
progreso. Hoy se hace escuchar más fuerte que nunca pero no provocado cambios
latentes de progreso, sino por la inexistencia de los mismos, la vuelta a unas
mentes reacias al cambio, el estancamiento de parte una sociedad que no quiere
evolucionar.
Proyectos periodísticos de esta generación cómo El
liberal, España, Revista de occidente… marcaban un nuevo rumbo para la
profesión; más comprometida, más periodismo en sí misma. Hoy, por un lado
sufrimos el declive de los grandes diarios y sus “reconocidas firmas”
manipulados por poderes políticos y económicos, manejados a merced de los
mismos con un voto de silencio implícito. Pero no podemos olvidarnos de que hay
luz al final del túnel, miles de proyectos están haciendo su aparición. Ellos; una
nueva forma de reinventar la profesión, De nuevo un intento de que esta sea más
periodismo en sí misma.
“La palabra regeneración no viene
sólo de la conciencia española a penas se empieza a hablar de regeneración se
empieza a hablar de europeización. Regeneración es el deseo, europeización es
el medio de satisfacerlo.”
Ortega y Gasset vislumbraba con claridad que España era el
problema y Europa la solución. Hoy, sabemos que España es el problema, pero un
problema que se agudiza con la globalización mundial que trasciende a las fronteras europeas ¿La solución? Esas mentes que todo
lo ven aun la siguen buscando, y aquellas que no quieren ver van lastrando el camino. La Generación del 14 logró que
España se convirtiera en centro de interés científico y cultural. Así como que grandes personalidades como Marie Curie o Einstein nos visitaran. No obstante
el camino a día de hoy parece ser otro; muchos de nuestros más valiosos
tesoros, nuestro centro intelectual se marcha a otros países porque aquí no obtienen reconocimiento, carecen de oportunidades. Más similar a un exilio que
a una reinvención social hacia el progreso.
“La revista de occidente quisiera
ponerse al servicio de ese estado característico de nuestra época, por esta
razón ni es un repertorio meramente literario, ni ceñudamente científico. De
espaldas a toda política ya que la política no aspira nunca a entender las
cosas […]”
Quizás tuvieran razón, quizás los
políticos no se enteren de nada. Pero si hay algo claro es que ellos NO son la
élite intelectual de este país.
“El mundo de ayer se ríe de la
cultura y es terrible, pero es todavía más espantoso ver que el mundo de mañana, con la misma anchura
de ritmo, con la misma grosería en el metal de la voz parece dispuesto a reírse
de la justicia” Eugeni D´ors. Ese mundo es hoy.