jueves, 29 de mayo de 2014

Las vocación jamás es un error; Periodismo.

Siempre me quedaré con aquella frase que me dijo una gran maestra y una gran persona “la vida será lo que tú quieras que sea. Puedes optar por el camino fácil y por aquello que las personas te dicen que elijas o ser valiente y tomar tus propias decisiones. Lo uno te dará apoyo y comodidad, lo otro te llevará hacia la felicidad”.

Y así fue, decidí que todo lo que lograra en la vida sería por merito y ambición propia; no creo haberme equivocado de camino. Hoy termina una de las mejores etapas de mi vida, la de estudiante de periodismo, y con ella aunque se cierra una puerta se abren otras cientas. ¿Qué si me arrepiento de haber estudiado esta carrera? No por favor… Sé que muchas personas se sumergen en este mundo pensando que es algo totalmente diferente, sé que en multitud de ocasiones esperan más de lo que reciben. No voy a negar que haya tenido momentos de frustración, desidia, desesperación, desilusión e indignación durante estos cuatro años, los he tenido y no se cuentan con la palma de una mano. No obstante, aquí voy a resaltar una enseñanza que hoy me han vuelto a recordar; “las cosas dan de sí lo que tú quieras exprimirlas”. Pasar sin ton ni son, sin ilusión y con el mérito del menor esfuerzo por bandera es algo que se ve muy a menudo por los pasillos de las facultades. La culpa de ello no la tienen ni los malos profesores, ni la teoría insoportable, ni los planes de estudio absurdos. La culpa de ello la tiene quien no elige lo que quiere y se ve metido en un mundo que no es el suyo. Ahora bien, el mío sí que lo era, lo es y espero lo seguirá siendo durante un largo periodo de tiempo (al que nunca, creo, le encontraré fin). No me puedo arrepentir de haber invertido cuatro años en el proyecto que más me ha ilusionado a lo largo de mi vida; el de ser periodista. Observar, escuchar, aprender, transformar, transmitir, comunicar… convertirte en un ser con una ambición de información insaciable, no darte nunca por satisfecho; esa es mi filosofía de vida.


Ahora no toca mirar atrás, toca caminar con lo aprehendido y trazar una nueva meta. Gracias por esos debates interminables, por haberme obligado a ser consciente de que tengo que saber que pasará mañana antes que la gente “normal”, por ilusionarme a través de la experiencia de grandes profesionales, por bajarme a la tierra con un “lo tenéis muy chungo”, por motivarme con un; ¡si algunos pudieron tú no vas a ser menos! Y por transmitirme un lema que siempre llevaré por bandera; la excelencia siempre es el camino y esta se halla en la diferencia. Gracias a vosotros; años de aprendizaje, noches en vela, exámenes tortuosos, clases absurdas y palabras brillantes, porque sois los que habéis hecho que hoy me reafirme en aquello que decidí cuando apenas era una cría; esto es vocación y pasión, no se me podría ocurrir una mejor manera de vivir la vida que disfrutando mientras se la cuento a los demás.

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